Esta página y todo su contenido es parte del blog Effýmia

Página 13

ESTADOS TRANSITORIOS
Si uno se lo pone a pensar detenidamente, nosotros somos un poquito como las calles: ¡nos cruzamos con tantas otras! Incluso las calles que en un principio parecen ser paralelas y sin ninguna otra calle que las cruce, en algún momento se llegan a cruzar, y una cede el paso a la otra, cambia o muere en el encuentro.
Es que sí, así somos, como las calles: Nacemos y morimos, cambiamos de nombres, de sentidos, de números, de anchos, inclusive: de paisajes. Tenemos subidas y bajadas, partes ásperas, partes suaves, partes rotas y algunas partes más transitadas que otras.
Luego, como una luz roja que nos detiene, uno se pregunta: ¿puedo ser una calle en medio de Buenos Aires y no cruzarme con ninguna otra? ¿No nacer, ni morir, ni mutar? ¿Simplemente ser una calle y nada más?
Me lo imaginé... ¡qué ilusa! por un momento lo creí posible. Supongo que estoy a la altura de hacerme diagonal.