EL RETRATO FAMILIAR Y LA PÍLDORA MÁGICA.
Es cuando imagino que España es una ciudad ubicada en Roma,
que de pronto el mundo tiene ahora
mucho más sentido que el de ayer.
El espectáculo constaba de cuatro estrellas
ocultas en los bosques de la soledad.
Cada una cargaba un desprecio, cada una decía
ser más desprotegida que las demás.
En esa competencia absurda
llena de intentos floridos,
vimos la lluvia subir a un tren
para volver a aquel cielo sin nubes
desde donde se la vio jamás caer.
Temblor. Silencio.
Las estrellas se apagan y titilan.
Entre el delirio y el incierto
las estrellas siguen siendo las mismas.
Me separo y entiendo que
yo era (y soy) una de ellas.
Es cuando imagino que España es una ciudad ubicada en Roma,
que de pronto el mundo tiene ahora
mucho más sentido que el de ayer.
