Esta página y todo su contenido es parte del blog Effýmia

Página 3

SOBRE LOS NUDOS

Yo de pequeña
qué distinta era:
no tenía convicciones,
no tenía guerras.

Tampoco sabía atarme los cordones.

Oh, malditos cordones,
desde que sé cómo atarlos,
lo único que hicieron
fue causarme problemas.